Título: X-Men: Primera generación
Título original: X-Men: First Class
País: USA
Estreno en USA: 03/06/2011
Estreno en España: 03/06/2011
Lanzamiento en DVD (alquiler): 05/10/2011
Estreno en DVD (venta): 05/10/2011
Estreno en Blu-ray: 05/10/2011
Productora:
20th Century Fox
Director:
Matthew Vaughn
Guión: Josh
Schwartz, Jamie Moss , Ashley Miller, Zack Stentz
Reparto:
James McAvoy, Michael Fassbender, Rose Byrne, January Jones, Kevin Bacon,
Nicholas Hoult, Jennifer Lawrence, Caleb Landry Jones, Lucas Till, Edi Gathegi,
Jason Flemyng, Oliver Platt, Morgan Lily, Zoe Kravitz, Bill Bilner, Alex
Gonzalez
Calificación: No recomendada para menores de 7 años
X-Men: Primera generación no comete ese error. Como todo
origen de saga que se precie, efectúa una magnífica presentación de personajes,
algunos desde su niñez, como los protagonistas Xavier y Magneto. La profundidad
del libreto a este respecto consigue superar dos retos, infranqueables para
otros filmes del género: que el espectador se tome la película en serio y las
alabanzas de la crítica internacional hacia una película de acción, ambos nada
desdeñables.
Pero todo tiene un precio. Lo elaborado del guión, tanto en
lo que se refiere a personajes como en cuanto al desarrollo de la historia,
provoca un exceso de minutos en el metraje, que bien podría haberse acortado
suprimiendo algunas partes que, además de no aportar demasiado, ralentizan el
ritmo de narración.
Sinopsis
La primera mitad de la película es extraordinaria. Comienza
con la niñez de Magneto, un niño de origen judío que padece los atroces
horrores de los campos de concentración nazis y que sobrevive gracias a su
poder sobrehumano. A partir de ahí, el espectador irá descubriendo poco a poco
a los diferentes mutantes, además del contexto de la historia: el inicio de la
guerra entre mutantes y humanos, inteligentemente interrelacionado con la
crisis de los misiles cubanos, vivida en la época de John Fitzgerald Kennedy
como presidente de los Estados Unidos.
Los orígenes de Magneto, son muy diferentes a los de Charles
Xavier. El odio a la raza humana del primero proviene de su contacto con otro
peligroso mutante, Sebastian Shaw, el villano de la película, magníficamente
interpretado por Kevin Bacon (Mystic River, El hombre sin sombra).
Por su parte, Xavier, proveniente de una acaudalada familia,
ama la vida y a los seres humanos. Sin embargo su influencia sobre Magneto,
aunque positiva, llega demasiado tarde. James McAvoy (El último rey de
Escocia, Wanted) y Michael Fassbender (Malditos bastardos, Centurión)
llevan a cabo dos soberbias actuaciones del profesor Charles Xavier y Magneto,
respectivamente, encarnando a la perfección la inagotable bondad del primero y
la dolorosa lucha interna entre el bien y el mal del segundo.
Crítica de ‘X-Men: Primera Generación:
Se podría decir que los X-Men de Bryan Singer fueron los que
inauguraron la actual e incesante moda de llevar al cine a los superhéroes de
las viñetas.
Después del declive de estas adaptaciones por culpa de los
abortos perpetrados por Joel Schumacher
con la franquicia de Batman, a finales de los 90 llegaría Blade para poner la primera
piedra que reconciliaría la industria cinematográfica con el mundo del cómic.
Pero este personaje no era estrictamente un superhéroe, por
lo que no sería hasta la llegada de la famosa Patrulla X cuando el resto de
estudios se animaron a desempolvar sus viejos tebeos y rescatar esa fuente
inagotable de historias con las que Hollywood lleva nutriéndose años y años.
Además, los avances en tecnología digital abrieron un
abanico de posibilidades que permitieron echarle el guante a unos superhéroes
que, quizás, años atrás no hubieran podido adaptarse con tanto atino (al menos
en lo que respecta al aspecto visual y pirotécnico).
Así pues, los X-Men despejaron el camino para que llegaran
Spiderman, Hulk, Los 4 fantásticos, Daredevil, Iron Man e incluso un remozado
Batman, entre otros.
Pero los primeros tampoco quisieron quedarse atrás, así que
hasta el momento, el éxito de Singer ha dado para dos secuelas más, un spin-off
y la precuela que ahora nos ocupa.
‘X-Men: Primera Generación’ nos acerca a la juventud del
profesor Xavier (James McAvoy) y Eric Lensherr /Magneto (Michael Fassbender)
antes de que estalle su rivalidad, cuando aún eran amigos y estaban
descubriendo sus poderes; una época en la que colaboraron juntos, ayudados por
otros mutantes para combatir la mayor amenaza que el mundo ha conocido.
Después del fallido intento -artístico, que no económico- de
mostrar los orígenes de Lobezno en solitario, y viendo lo bien que le está
yendo a Marvel adaptando los personajes de los que aún conserva los derechos,
nos temíamos lo peor cuando la Fox anunció que seguiría explotando la franquicia X-Men, esta vez en
forma de precuela y con un reparto formado prácticamente por adolescentes.
Sin embargo, tras el fichaje de Matthew Vaughn y,
posteriormente, de un buen puñado de intérpretes más que solventes, los temores
se fueron disipando.
Luego llegaron los tráilers y el recelo mayoritario casi
desapareció, aunque la promoción cartelística fuese de juzgado de guardia.
Ahora, con el estreno mundial de la película a la vuelta de
la esquina, serán los espectadores quienes por fin podrán juzgar de primera mano
si la espera ha valido la pena.
Por mi parte, puedo constatar que el estudio ha logrado
compensar los errores cometidos en el pasado entregando ahora un
entretenimiento superheroico de calidad.
Nada más empezar la película nos damos cuenta que esta vez
se han hecho bien los deberes, pues los primeros minutos conectan directamente
con aquel primer film de Singer, situándose en plena II Guerra Mundial y
mostrándonos a un jovencito Eric Lensherr justo en el momento en que es
separado de su familia y hace uso de sus poderes ante la incrédula mirada del
ejército nazi.
Es más, diría que Vaughn ha rodado la secuencia plano por
plano como lo hizo Singer en su momento (pero con otro niño actor haciendo de
Erik, claro está).
Este inicio supone el primer apunte en el interés por
mantener la continuidad respecto al resto de la saga, algo que con Lobezno no
se hizo del todo bien, a mi entender.
Luego ya le toca el turno a unos jóvenes Profesor Xavier y
Mística, los principales protagonistas junto a Magneto, de la trama que más
tarde se desarrollará.
La historia se sitúa durante los años 60, en el punto álgido
de la Guerra Fría, cuando las crecientes tensiones entre Estados Unidos y la
Unión Soviética amenazaban a todo el planeta. En este contexto tenemos, por un
lado, a Erik en busca de venganza tras las atrocidades sufridas en el pasado,
cuando no era más que un niño; por el otro, tenemos a Xavier y su protegida
Raven (Mística) uniéndose a la CIA para intervenir en una inminente amenaza que
podría desencadenar la III Guerra Mundial.
En este punto es cuando, por primera vez, se dan a conocer
los mutantes al resto del mundo. Y esto es precisamente lo que supondrá el
principal conflicto entre ellos.
La crisis de los misiles de Cuba de 1962 sirve para
introducir al villano de la trama encarnado por Kevin Bacon; un Sebastian Shaw
que, sin contar sus poderes sobrehumanos, bien podría haber salido de alguna
película de James Bond. Su pérfido plan pone en peligro a toda la humanidad en
beneficio de la supervivencia y supremacía de los mutantes.
Erik y Xavier unen sus fuerzas -aunque por distintos
intereses- para hacer frente a Shaw, y por ello reclutan a otros mutantes a los
que entrenarán para que aprendan a controlar sus poderes.
A partir de ahí, se librará una batalla entre mutantes, con
los humanos de por medio y con el peligro de una guerra asomando en el
horizonte.
Uno de los grandes logros de ‘X-Men: Primera generación’ es
dedicar un especial interés a los debates internos de sus personajes,
especialmente de Erik y Xavier.
Ambos son conscientes del peligro que supone para ellos el
darse a conocer al resto de la humanidad. Pero mientras que uno, Erik, recela
de los humanos, convencido de que cuando sepan de ellos les darán caza; el
otro, Xavier, confía en su integridad y espera que éstos les acojan dentro de
su sociedad, sobre todo después de prestar su ayuda en el conflicto de los
misiles cubanos.
Pero ya se sabe que el hombre teme a lo desconocido, y que
ese temor puede llegar a convertirse en odio. Y eso es lo que terminará
quebrando la amistad entre Erik y Xavier. Ninguno está dispuesto a dar el brazo
a torcer, y pronto los mutantes tendrán que decidir a qué bando desean
pertenecer.
En ese sentido, existe otro detalle, el aspecto físico, que
causará un dilema personal entre algunos personajes como Raven o Bestia, cuya
monstruosa apariencia será todo un hándicap para llegar a aceptar su condición
de mutante.
Por tanto, nos encontramos con una película muy interesante
y consistente desde el guión, y que no sólo ofrece el espectáculo palomitero
que uno espera de una producción de estas características, sino que reflexiona
sobre cuestiones que bien podrían extrapolarse al mundo real, procurando dotar
de humanidad y profundidad a sus personajes e incidiendo audazmente en sus conflictos
internos.
Ese es, probablemente, uno de los aspectos más destacables
de la -pese a todo, previsible- historia, ya que propicia momentos ciertamente
emocionantes gracias al notable grado de implicación que el espectador consigue
tener con los protagonistas.
Los guionistas abordan la historia con seriedad y madurez,
pero sin olvidar la necesidad -imperante en la saga- de ofrecer unas acertadas
pinceladas de humor que, a diferencia de otras producciones similares, no caen
en lo ridículo o lo bobalicón.
Prueba de ello sería cierto cameo en concreto que muchos
seguidores de la serie agradecerán; algunas puyitas o bromas entre los
protagonistas o la actitud ligona de un joven Xavier que contrasta un poco con
la formalidad con la que siempre le hemos visto en pantalla.
Pero además de los cameos, hay que estar atento también para
detectar las referencias o guiños a otros personajes de la saga (SPOILER–
atención al momento en el que Xavier prueba la máquina que le ayuda a encontrar
mutantes por todo el mundo; servidor llegó a distinguir a unos jovencísimos
Tormenta y Cíclope - FIN SPOILER).
En cuanto a la fidelidad con los cómics, eso ya es algo que
escapa a mi conocimiento y que deberán juzgar los fans, pero imagino que la
idea principal era ajustarse a lo ya establecido en las anteriores películas.
Y supongo que en ese aspecto siempre habrá un grupo de
puristas que se quejen, a veces con razón, a veces por puro placer (que si los
trajes no son iguales, que si este actor es demasiado alto… en fin,
nimiedades), pero creo que independientemente de eso, el resultado es muy
satisfactorio.
La dirección de Vaughn es de lo más competente. Lejos de
querer copiar el estilo de Singer, como hizo Brett Rattner, el británico se
adapta a la franquicia dejando su impronta personal y demostrando que es un
director con criterio y no un vulgar mercenario.
Cabe destacar, en ese aspecto, momentos como la
transformación de Bestia (vista desde el punto subjetivo del personaje) o
cuando el pequeño Erik se encuentra cara a cara con Shaw en su peculiar
despacho.
Las escenas de acción son atractivas y, lo que es mejor,
perceptibles para el ojo humano; los efectos especiales resultan convincentes y
el tono solemne y épico de la banda sonora le sienta como un guante.
Pero por encima de todo sobresale el elenco de actores
encabezado por dos estupendos intérpretes, James McAvoy y Michael Fassbender.
Los dos evitan emular a Patrick Stewart y a Ian McKellen,
adueñándose de los personajes de Xavier y Magneto y haciéndolos suyos, pero
manteniendo, eso sí, la misma química que sus predecesores.
A Kevin Bacon siempre se le ha dado muy bien hacer de malo,
así que es otro gran acierto de casting (hablando alemán y todo), aunque luego
Fassbender le robe algo de ‘protagonismo antagonista’.
Nicholas Hoult y Jennifer Lawrence destacan de entre el correcto
reparto juvenil, y el resto de secundarios cumplen con su labor. Y ojo porque
hay mucha cara conocida: Rose Byrne, Oliver Platt, Michael Ironside, Jason
Flemyng, James Remar, Rade Serbedzija (que siempre hace de ruso), Matt Craven…
También está el español Alex González, pero no creo que
nadie vaya a acordarse de su intervención, menos aún cuando lo único que hace
en todo la película es agitar los brazos.
Y es que, si hay algún defecto que acarrea del resto de
entregas, es que los esbirros del villano son casi siempre meros títeres -con
poco o nada de diálogo- que obedecen órdenes, sean quienes sean los que los
encarnen (con Flemyng en el rol de Azazel se podría haber sacado mucho jugo…).
‘X-Men: Primera generación’ no sólo hará las delicias de los
seguidores de la Patrulla X, sino de todos aquellos que busquen buen cine de
entretenimiento; aquél que no antepone los efectos especiales y la acción a la
historia y los personajes.
Si esto es el inicio de una nueva trilogía, lo cierto es que
no podrían haber empezado con mejor pie.
Y no estaría de más que Vaughn siguiera a los mandos de las
secuelas, aunque también sería una lástima no poder aprovechar el talento de
este director en otros géneros (a la vista de lo bien que lo ha hecho con el
thriller -’Layer Cake’- o la fantasía -’Stardust’).
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