- Género: Acción / Drama
- Nacionalidad:Gran Bretaña / USA
- Año: 2000
- Director:
Ridley Scott
- Actores
principales: Russell Crowe, Joaquin Phoenix, Connie Nielsen, Oliver Reed,
Richard Harris, Derek Jacobi, Djimon Hounsou y David Schofield.
- Productores: David H. Franzoni, Branko Lustig y Douglas
Wick
- Guión: David H. Franzoni
- Fotografía: John Mathieson
- Música: Hans Zimmer y Lisa Gerrard
- Galardones principales: 5 Oscar, 4 BAFTA y 2 Globos de
Oro.
Gladiator es la
película basada en el Imperio Romano que más éxito cosechó desde la mítica
Ben-Hur. Personalmente me encanta la película, pero éste artículo no es una
opinión, sino un análisis histórico, por lo que he tratado de ser lo más
objetivo posible.
El
artículo esta extraído de un trabajo que realicé en la Universidad, pero está
refundido para que resulte más ameno y menos farragoso de leer. Su objetivo es
el de ver hasta que punto este filme nos ofrece una visión realista de la época
y los hechos que recrea. Espero que os guste.
Contexto y Argumento
La película está
ambientada en la Roma Imperial, arrancando en el final de la vida del Emperador
Marco Aurelio, con su victoria sobre los marcomanos cerca de Vindobona (año 180
d.C.); y muestra a continuación cómo su hijo, Cómodo, se convierte en el nuevo
emperador, Cómodo supone el fin del Alto Imperio y la dinastía Flavia,
comenzando la época de decadencia conocida como Bajo Imperio (aunque la
película muestre un hipotético regreso a la forma republicana en su final).
Aparte de lo
anterior, históricamente verificable, está la parte pseudo-histórica del guión,
que incluye al personaje protagonista, Máximo, y todo lo que a este rodea,
incluyendo la petición de marco Aurelio de que devuelva el poder al
Senado.
Análisis histórico
Gladiator es una
de las pocas películas recientes que, ambientada en el Imperio Romano, ha
cosechado un gran éxito, y Ridley Scott ha sabido conjugar la recreación
histórica clásica con unos soberbios efectos especiales, que convierten este
largometraje en un fantástico espectáculo, mucho más creíble a nivel visual que
ninguna de las películas anteriores que trataron de recrear esta etapa
histórica.
En este
largometraje no se nos ofrecen las fuentes en las que se ha basado, y si se nos
advierte en los créditos con un “aunque muchos de los personajes que aparecen
en esta película son reales, la historia en sí es ficticia”. Esto ya nos indica
que Gladiator busca la emoción y la intensidad por encima del verismo, y su
guión no sería una obra de historia, sino una novela histórica (carácter
pseudo-histórico). Sin embargo, pese a esta falta de rigor en los
acontecimientos, el filme de Scott presenta aspectos de la sociedad, el
urbanismo, el arte o las tradiciones del Imperio Romano con una importante dosis
de credibilidad.
En el “Making of”
de Gladiator su director explica que quieren enseñar la colosal Roma de un modo
muy creíble, buscando “mostrar la grandeza de Roma y a la vez su corrupción y
decadencia”, los dos emperadores de la película son de algún modo la
encarnación de estas dos ideas. Mediante el radical contraste entre las figuras
de Marco Aurelio y su hijo Cómodo se nos quiere comparar al emperador filósofo,
el de la templanza y el buen gobierno; con el emperador gladiador, de la locura
y el descontrol. El padre representa el fin del auge del Imperio, mientras el
hijo lo hace del inicio de la decadencia.
(Marco Aurelio, el emperador filósofo)
La figura de
Cómodo, tan negativamente caracterizada, no dista tanto de la que nos ofrece la
historiografía romana, que prácticamente lo tacha de loco. De su política lo
más destacado es el desinterés por continuar ampliando el limes (límite) del
Imperio como quería su padre, que le lleva a dejar las guerras, mostrando sus
razones en una interesante conversación en la que pregunta a su hermana Lucina
las razones de que el pueblo amase a su padre por unas guerras que no veían y
que no aportaban, ante la respuesta de ésta de que al pueblo le importa la
imagen de grandeza de Roma, Cómodo responde que él le dará otra imagen
espectacular, pensando desmantelar el Senado. Puede sorprender enormemente la
constante presencia de Cómodo en la arena, pero esto se apoya en un cierto
fundamento histórico, pues las fuentes nos dicen que el emperador, haciendo honor
a su título de “Hércules Romano” gustaba de participar en las luchas de
gladiadores para mostrar su fuerza (lo que no pude documentar es si esas luchas
eran tan “justas” como la que pone fin a Gladiator).
(Cómodo, el emperador Gladiador, ante el busto de su padre)
Máximo, nacido en Emerita Augusta (actual Mérida) según la película, es sin embargo un personaje totalmente ficticio, aunque encarne unos valores muy repetidos en la tradición romana.
(Máximo, el salvador de Roma. Este hispano no es un
personaje histórico
Uno de los aspectos
históricos mejor reflejados por el filme es el de las siempre presentes
disputas entre los partidarios de volver a la República (representados por
Graco y el propio Marco Aurelio) y los defensores a ultranza del Imperio
(Cómodo y los pretorianos, sobre todo); aunque hemos de tener en cuenta que los
patricios estaban más interesados en perpetuar su poder económico y acceder al
consulado, pero esto último no acaba de verse en la película.
Otro de los
aspectos muy bien caracterizados en la película es el ejército romano, del que
se nos muestran destacamentos de infantería y caballería, armas de corto y
largo alcance, máquinas de guerra, jerarquía de los mandos... con las
características que podemos observar en cualquier libro de historia militar
romana. La actitud de los soldados además, se muestra de un modo más creíble
que en otras películas, porque se ha querido evitar la imagen de los soldados
idealizados que luchan por la gloria, en Gladiator, como explica uno de los
consejeros técnicos del filme (en ningún caso se nos habla de asesor histórico)
es un ejército profesional que lucha por su paga y no por la gloria personal o
la del Imperio.
(La recreación del ejército romano de esta película es una
de las mejores jamás realizadas)
La tecnología es
un elemento que hay que tener en cuenta a la hora de comparar Gladiator con
películas más antiguas, y es que las posibilidades que ofrecen los efectos
informáticos llevan a que la caracterización tenga más importancia que la
calidad narrativa (casi la única base de las viejas producciones). También hay
un gran esfuerzo por reflejar de modo auténtica la arquitectura romana de la
época. El principal edificio del largometraje, el Coliseo de Roma (Anfiteatro
Flavio), fue hecho por ordenador con un realismo asombroso, y permite hacerse
con una imagen absolutamente creíble de la espectacularidad que debía tener.
Gladiator recuerda
enormemente a La Caída del Imperio Romano, no sólo porque comparte época y
contexto, sino porque la trayectoria del Máximo de la primera y del Livio de la
segunda tienen numerosos paralelismos (elegidos por Marco Aurelio, amor de
Lucila, combate final contra Cómodo) aunque en aspectos clave toman caminos
separados, pues por ejemplo en el film de Mann, Marco Aurelio es envenenado por
varios de sus súbditos, mientras que en el de Scott es estrangulado por su
propio hijo (por cierto, las fuentes nos dicen que murió de peste). También
remite a muchos aspectos de Espartaco, pero más por los combates en la arena
que por similitud de los protagonistas, sus objetivos o sus acciones.
(Os estáis divirtiendo!?" Pregunta Máximo al
público tras su victoria en la arena)
Los escenarios
Gladiator se filmó
en tres localizaciones distintas: La primera de ellas fue el bosque inglés de
Farhnam, donde se recreó la batalla con los germanos del principio de la
película, que en realidad tuvo lugar en la actual Austria. El circo provinciano
se creó en Marruecos, cerca de un poblado cuya arquitectura facilitó mucho el
trabajo del equipo. Finalmente, la Roma Imperial fue recreada en Malta, una
isla que conserva numerosos restos romanos, pero hubo que realizar un ingente
trabajo para los decorados, especialmente con el Coliseo.
Sin embargo, la
informática aportó mucho a estos escenarios, especialmente al último, y la
mayor parte de los edificios de los fondos en Roma no son reales. El Coliseo,
por su parte, se recreo en un tamaño muy inferior al que luego se le dio
gracias a los ordenadores, que además convirtieron los 2.000 extras de las
gradas en los más de 50.000 que cabrían en el edificio original.
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